Es una técnica especial de masaje originaria del Este de Asia con más de 2000 años de antigüedad. Se considera una terapia natural no invasiva a través del “raspado” de la piel.
Esta terapia consiste en raspar con una piedra plana de jade o cuarzo sobre la piel. Esta fricción promueve la circulación, oxigenación y nutrición de la piel. Además, relaja músculos como la mandíbula, mentón, orbicular de ojos, piramidal, frontal. También se utiliza con fines estéticos como parte de los tratamientos antiage.
Beneficios:
Disminuye arrugas.
Disminuye la flacidez.
Atenúa las manchas.
Brinda tono muscular.
Devuelve juventud aportando luminosidad y color a la piel.
La expresión facial se relaja aportando al paciente un aspecto juvenil.
Además tiene beneficios curativos para tu piel.
Equilibra tu energía.
Ayuda a relajar y dormir mejor.
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